Con motivo del día de la paz y la no violencia celebrado hace tiempo, alumnos del centro presentaron sus trabajos y os mostramos aquí los trabajos ganadores.
Primer Premio
La Pluma
La niña se quedó con la cara pálida, la boca abierta y los ojos fijos.
Una pluma blanca descendió hasta caer en la palma de su mano, la paloma que
volaba por el cielo cada vez se iba quedando con menos plumas…
Borja Pérez Núñez
1º ESO B
Accésit
Estábamos todos armados, preparados para
salir al campo de batalla. Se escuchaban disparos, metralletas, granadas que
explotaban. Desde detrás de la trinchera veo como aeroplanos sobrevuelan el
campo de batalla. El olor a fango me da arcadas. Salimos al campo de batalla y
en medio del ruido veo una paloma blanca volar, me detengo y la contemplo,
pienso en mi familia. Ahora lo comprendo todo, ya no quiero disparar más. En
ese instante siento como una bala atraviesa mi cuerpo, la siento dura y helada.
Paula Guerrero Farrodona
2º ESO C
Mi hermano estaba en la calle y mi madre
junto a él. De pronto apareció mi padre gritando. Yo contengo la respiración mientras
los observo desde mi ventana. No entiendo el porqué de esta situación. Se
escucha un grito y veo a mi hermano herido en el suelo. El cuchillo aún está en
manos de mi padre. Mi madre grita:
-¡Lo perdemos, lo perdemos!
Mi padre empezó a llorar. Era la primera
vez que lo veíamos derramar lágrimas. ¿Acaso es tan grave amar a otro hombre?
Dámari Rojas
Cervera.
Accésit
Las peligrosas y malignas armas estaban
preparadas para disparar, mientras la niña corría y sus cristalinas y profundas
lágrimas caían lentamente. Ella no sabía por qué ocurría, sólo sentía dolor e
incomprensión y con su pañuelo palestino limpió sus heridas y se secó sus ojos.
Estíbaliz Campos
Calvo
Creación colectiva realizada por alumnos de
1º ESO
Siembra de odio
El sargento regresó con sus hombres al
campamento antes del anochecer. Contaba durante la cena a unos y a otros que
había matado, arrojando una granada en el interior de una casa, a seis personas
que estaban allí reunidas celebrando algo. “-Es lo que se merecían esos cerdos“
decía.
Dos meses después regresaba a su casa,
la guerra había terminado. Por la noche cuando los familiares que estaban
reunidos en el salón de la casa celebrando su regreso chocaron sus copas para
brindar por él, se produjo una fuerte explosión que lo dejó todo a oscuras.
Cuando volvió la luz todos ellos estaban por el suelo, muertos. Sólo él seguía
en pie. “- Es lo que se merecían esos cerdos-“resonó en su cabeza.